Todos en el pueblo de Hamelin están desesperados: hay ratas por todos lados y ni las trampas ni el veneno pueden con ellas. Algunas incluso son tan grandes que hasta los gatos se asustan. Lamentablemente, nadie puede solucionar el problema… ¿nadie? Un misterioso flautista entra entonces en escena para terminar con la plaga, ayudado de su melodiosa flauta.

Un nuevo clásico infantil llega al catálogo de kamishibai, sumándose a la colección que comenzó con El lobo y los siete cabritos, y siguió con Caperucita Roja y el Lobo Feroz y Ratón de campo y Ratón de ciudad. Esta vez, es El flautista de Hamelin quien viene a conquistar lectores con su trama imbatible.

“Recuerdo haber leído esta historia de niña y haberme quedado asombrada por la hazaña del flautista: las ratas, horrorosas, desaparecen. Y luego, regocijarme al imaginar la celebración en la plaza del pueblo. Lo que no me esperaba era que el alcalde no cumpliera su palabra. Y me pareció muy bien que el flautista tomara su venganza y se llevara a los niños. Dulcemente, con una suave melodía. Yo me habría ido detrás del flautista; por la música y también por saber adónde llevaba ese camino”, dice Verónica Uribe, autora de esta versión basada en la tradicional de los Hermanos Grimm.

Este es el debut en Ekaré Sur del ilustrador Ignacio del Real, quien reconoce que fue un gran desafío concebir una propuesta original para un cuento que ya había sido representado muchas veces. Un reto que superó con creces al incorporar también al pueblo de Hamelin como protagonista. “Claro, está la figura reconocible del flautista como personaje central y se pueden identificar otros cuantos personajes estables a lo largo de la historia, pero aparecen de manera intermitente y yo diría que auxiliar en el sentido que su rol es más bien marcar ciertos hitos para encauzar el relato, pero el verdadero protagonista es el conjunto del pueblo de Hamelin. Es en las escenas grupales donde aparecen los distintos tonos emocionales del relato y también donde ocurren, de manera simultánea, muchos micro relatos y situaciones que se pueden derivar a partir de la observación atenta de las ilustraciones”, explica Del Real.

“Un clásico no es un libro antiguo y pasado de moda. Es un libro eterno que no pasa de moda”, escribió la autora y especialista brasileña Ana María Machado. Por eso, la invitación es a dejarse encantar por la melodiosa flauta de este imperdible. Como dice Verónica, “aunque el mundo ha cambiado de manera vertiginosa en estos últimos años, los cuentos tradicionales aún son vigentes;  historias breves y sorprendentes que se han contado una y otra vez y ya forman parte de nuestra cultura”.