Por Claudio Aguilera, periodista y gestor cultural
¿Cómo dar cuenta de uno de los peores desastres naturales en la historia de la humanidad? Justamente recurriendo a la fantasía, haciendo de la realidad un punto de partida y construyendo un relato que dé sentido a una tragedia inconmensurable.
Es lo que hace Fernando Vilela en su obra. A través de una historia que se inicia en las profundidades del océano y describe de forma sencilla y eficaz el origen de un tsunami, el autor elabora una fábula contemporánea con el ritmo y cadencia de un relato oral. Si bien por momentos el uso de versos rimados puede quitar algo de agilidad a la narración, el lector es arrastrado por la gigantesca ola hasta llegar a un pequeño pueblo costero donde el mar desata todo su terrible poder.
Su larga experiencia como ilustrador y su formación de artista plástico quedan en evidencia en el libro. Utilizando la técnica de la xilografía, referencias a los maestros del grabado japonés como Hokusai y una paleta cromática restringida pero certera, el autor hace sentir en cada página la fuerza de la naturaleza y la fragilidad del ser humano frente a sus embates. La muerte no se deja ver, pero en su lugar hay caos, miedo y destrucción en imágenes que son intensas y directas.
Sin embargo, de la misma manera que la naturaleza puede resultar una amenaza, puede ser también una salvación, ya que los verdaderos héroes de esta tragedia son los animales, elefantes, monos, serpientes, vacas y perros, quienes no solo avisan a los desprevenidos pobladores del inminente peligro, también se unen para salvarlos y ayudarles a reconstruir su villorrio.
Y es en este punto donde la fantasía se transforma, como buscaba Sendak, en una llave para entender la realidad. Porque si hay alguna conclusión que sacar de un desastre es que el progresivo distanciamiento del hombre de los ciclos de la naturaleza y la destrucción del medio ambiente han roto el equilibrio del ecosistema, poniendo en peligro tanto la supervivencia de las especies animales como la de la raza humana.
En países como el nuestro, donde terremotos y tsunamis son parte de la vida cotidiana, el mensaje de Los héroes del tsunami se hace urgente: debemos volver a escuchar a la naturaleza y hacer caso de sus advertencias ahora. Mañana puede ser muy tarde.