10 Septiembre 2022
Bióloga, docente y promotora de la lectura, Pato Pereyra (@patoleyendoelmundo) tiene mucha experiencia como mediadora y un ojo muy agudo para encontrar buenas lecturas. En esta ocasión, nos habla de Cajita de fósforos, la antología de poemas sin rima de Adolfo Córdova y Juan Palomino.
“La poesía es siempre necesaria, y nada me gusta más que compartirla. Este libro de Ediciones Ekaré, premiado por la Fundación Cuatrogatos, superó mis expectativas.
Nomás abrirlo aparece un reencuentro con mi querida María Elena Walsh, y el poema que le presta sus palabras al título. Paseo entre poemas conocidos y poemas descubrimiento, como lucecitas que encienden un verso y otro, y otro más. María Teresa Andruetto, Antonio Orlando Rodríguez, Mar Benegas, Laura Escudero, Laura Devetach, Gloria Fuertes, María José Ferrada (con un inédito) ¡tantas voces queridas!
Juan Palomino aporta una ilustración luminosa que es develación y misterio. A llegar al final, encontramos la biografía de estos 36 autorxs y la historia del origen del libro.
Adolfo nos dice ‘…la poesía entra por el oído y sale por la mirada’…
…podríamos agregar:
Y se guarda en el ❤”.
Diego Ruiz (@teleoenvozalta_) es un apasionado promotor de lectura colombiano, y nos habla de uno de sus libros favoritos de Ekaré, Fernando Furioso:
“Si quieren conocer a uno de los personajes más enojados de la literatura infantil, te invito a leer el clásico ‘Fernando Furioso’, escrito por la autora sudafricana Hiawyn Oram e ilustrado por el autor japonés Satoshi Kitamura.
La historia inicia cuando la madre de Fernando le ordena que apague la tele porque es hora de dormir. Ni su familia ni los lectores esperamos lo que ocurrirá a continuación: la furia del desatado niño comienza con una nube tormentosa entre truenos, relámpagos y granizo, y llega al punto de un terremoto universal que hace todo añicos.
No dejen de disfrutar de este exquisito álbum cuyo ritmo narrativo in crescendo y sus ilustraciones expresivas, dislocadas, llenas de detalles por descubrir, nos interpelan frente a ese sentimiento de furia tan humano y tan impredecible, capaz incluso de destrozar el universo entero. Un libro perfecto para compartir en voz alta”.
María de los Ángeles Paredes, la especialista de @rinconlector.cl, escogió un clásico imbatible de Eileen Browne, La sorpresa de Nandi:
“Esta maravillosa historia se sitúa en los cálidos paisajes de África meridional. Gracias a las coloridas ilustraciones, podemos saber un poco sobre la cultura de las personas que viven allá, tales como su vestimenta, viviendas y forma de vida. Asimismo, conocemos frutas como la guayaba o la parchita, y también animales que viven en la zona, como el mico, el avestruz, el elefante o el antílope.
Algo que llamó muchísimo mi atención es la actitud de la protagonista, que quiere ir a compartir las frutas que tiene con su amiga Tindi. Emprende el largo camino con la esperanza de poder compartir un momento con ella y así disfrutar juntas. Un gesto muy delicado, amable y servicial que podemos destacar y reflexionar con los niños y niñas.
Asimismo, en mi experiencia, lo que hace muy especial a ‘La sorpresa de Nandi’ es que los niños se divierten mucho viendo cómo a nuestra protagonista le van sacando las frutas de la cesta los distintos animales y ¡ella nunca se da cuenta!”.
Profesora y Mediadora de Literatura Infantil y Juvenil, Macarena Peri (@loslibrosdelamaca) nos habla de un clásico de clásicos, Doña Piñones:
“María de la Luz Uribe nos regala una historia sencilla, llena de humor y aventuras. Es uno de los libros que más disfruto leer, contar y escuchar, lo puedo hacer una y otra vez, sin parar. Escrita en versos hexasílabos exactos, con rimas asonantes pareadas, esta historia nos narra los eventos que sufre doña Piñones, una viejecita muy asustadiza, que teme a todo y que tiene demasiada imaginación.
Todos le piden cosas, pero ella no da nada, porque en vez de ver al viento, ve brujos, gigantes y dragones. Todo cambia cuando recibe la última visita, un niño que le da una agüita para calmarla y le cuenta que no ha sido más que el viento lo que la ha asustado y con unos ventarrones, finalmente se va el niño de la mano de Doña Piñones. María del Carmen Piñones pasa por situaciones tragicómicas debido a sus miedos, que nos hacen reír, pero también empatizar con sus temores.
Las ilustraciones del gran Fernando Krahn son maravillosas y contribuyen a la atmósfera de la historia. Cada pequeño detalle como el tejido, el bordado de los manteles, el armario, la loza, entre muchos otros, engrandecen los ambientes y nos transportan a la acogedora casa de una abuelita como las de antes”.