
El gato Mauricio encontró un truco infalible para que los ratones salgan de su escondite: leerles en voz alta. Probó con cuentos tristes, pero estaba demasiado apenado para comerse a sus presas. También con libros de chistes, pero fue tan divertido que no quiso perseguir ratones entre carcajadas. ¿Y si mejor escribiera sus propias historias? Un libro sobre el placer de leer y sobre esas amistades inesperadas que surgen en torno a los intereses compartidos.
MATERIAL ADICIONAL
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