La abuela de esta historia no es como las demás: no muchas les enseñan a sus nietas a jugar póker, o qué hacer en caso de que los cosacos invadan su casa. Juntas van al cine, a la montaña rusa de Coney Island y a tomar té en restaurantes chinos, pero lo que más disfruta la niña es escuchar las anécdotas de la extraordinaria vida de su abuela.