Una fría mañana, José descubre que su abrigo le queda chico… ¿y cómo va a poder ahora jugar afuera? Su abuela tiene la solución: con una tela azul, le hace un precioso chaquetón que el niño ocupa todos los días para correr, saltar, escalar y hasta revolcarse por el suelo. Cuando ya no puede más de gastado, la misma abuela, con su “tris tras” de costuras y tijeras, lo convierte en un chaleco. ¿Y cuando el chaleco se gaste, qué hará la abuela?
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