Doña Eremita pasea en bicicleta junto a su fiel perro Mambrú. Un erizo se cruza en su camino sin escuchar el timbre de la bicicleta. «Lo que esta bicicleta necesita», se dice Doña Eremita, «es una bocina bien ruidosa». Pero cuando ocurre un imprevisto tras otro, ¿qué nuevo invento colocará Doña Eremita en su bicicleta? Una historia llena de creatividad y humor con un aparatoso final.