Por Luz Yennifer Reyes, máster en libros y literatura infantil y juvenil, y especialista en fomento lector
“Al venir al mundo, el bebé es envuelto real y simbólicamente
con las prácticas culturales de sus progenitores y
demás personas que se ocupan de él.
La música de la lengua oral está ahí esperando
para nombrarlo y acariciarlo verbalmente”.
Evelio Cabrejo Parra
En la verde colina, bajo un cielo azul luminoso, una gallina, un pavo, un pato, un sapo y un gato… encontrarán algo espectacular.
Ekaré Sur nos regala una nueva obra llena de ritmo y color para los primeros lectores: En la verde colina. En un juego armónico entre palabra, música y movimiento, las ya reconocidas autoras Verónica Prieto y Scarlet Narciso nos muestran a estos personajes que inevitablemente nos recuerdan historias clásicas de la literatura infantil universal.
Compartir, leer y cantar gracias a obras entrañables como esta, nos lleva a reafirmar la premisa clave de la lectura como hecho afectivo, unida al encuentro con el otro en espacios íntimos ligados a la lectura individual y social, con la familia y con otros pares, aspectos claves en la primera infancia y fundamentales para el resto de la vida.
Cada página de En la verde colina es una explosión de colores y alegría que invita a sus lectores a iniciar sus primeros pasos de contemplación, predicción y ritmo, bajo una estructura narrativa que no solo se presenta en las palabras sino también en los movimientos y expresiones de una gallina líder y empoderada, de un pavo alegre, de un pato sabio, un sapo saltarín y un gato joven e inquieto, todos ellos sensibles a las experiencias artísticas del mundo.
Bajo el cobijo de protagonistas cercanos y amigables, no será extraño que cada niño y niña que lee se ponga en escena y se vincule sensorial y psíquicamente con estos personajes, cuidadosamente personificados por Scarlet Narciso, entablando así un pacto con la imaginación en busca de aquello que nos espera en lo alto de la colina.
No pasan desapercibidos los juegos no verbales y el ritmo poético de la obra, aspectos que nos acompañan de principio a fin. Una evocación clara al espíritu inquieto y curioso del lector que juega a revelar algo, bajo una premisa clave: ¿Qué había en la colina? Una invitación natural hacia la exploración y la aventura para descubrir la respuesta.
Así pues, la declaración de la infancia como etapa fundamental de la vida de un ser humano, cercana a estos descubrimientos y aventuras, y lejos de ser solo una preparación a la adultez, es una etapa única e invaluable para los espacios narrativos enriquecidos con el absurdo, el sinsentido, el humor, la irreverencia y la imaginación, aspectos que nutren experiencias estéticas, favorecidas por obras para la infancia que apuestan y se arriesgan a dar este salto, del que Ekaré Sur no se queda atrás.
Finalmente, pero no menos notable, En la verde colina guarda un indiscutible valor musical al ser una adaptación de la canción con el mismo nombre del grupo musical Mazapán, aspecto que nos lleva por este acercamiento a ritmos que los lectores podrá expresar también a través de su voz, palmas o instrumentos, dando forma al lenguaje más allá de lo cotidiano y ligado al hecho narrativo y poético como una rica fuente para exteriorizar su ser.
Con todo este panorama: ¿Cómo contener las ganas de subir la colina?