Colección Arte para Niños: Una idea valiente y novedosa

Por Juan José Santos, crítico de arte y curador

En alguna ocasión he visto y leído libros de arte para niños. Siempre con las figuras más conocidas del mundillo, como Dalí, Warhol o Van Gogh. Y siempre me he preguntado dos cosas: ¿No estaremos fomentando el conocimiento de las mismas figuras artísticas desde la infancia? ¿Lo importante del acercamiento del niño al arte es la firma del que hizo la obra, o lo que esa obra puede estimular?

Considero la colección Arte para niños como una idea valiente y novedosa: atraer, llevar el arte de creadores chilenos a los niños, sin recurrir a las figuras archiconocidas. Porque lo que más interesa en esta colección es la unión, el diálogo y el entendimiento entre el arte y el niño. Los beneficios que pueden brotar de esta conjunción son ilimitados.

Los textos de la poeta María José Ferrada ayudan a sumergirse en los paisajes, las situaciones que los artistas, algunos con obras icónicas en la historia de Chile, proponen en sus cuadros. Todo facilita la experiencia para que nos sintamos dentro de las imágenes, rodeados de formas y colores reconocibles, y podamos, a partir de ahí, dejar la mente volar.

“Todos los niños nacen artistas. El problema es cómo seguir siendo artistas al crecer”, decía Pablo Picasso. Esta es una buena ocasión para resolver esa desconexión y ayudar a que los más pequeños quieran ser artistas o, al menos (lo que no es poco), a disfrutar y entender el arte.

La colección está compuesta por tres volúmenes. Frutarte, en el que encontraremos distintos estilos y acercamientos al arte: desde el realismo de Juan Francisco González o Gustavo Schmidt, con profusión de detalles, a los estilos personales con toques pop de Mario Carreño o Carmen Aldunate, con su imaginario característico donde prevalece la figura humana y un aire surrealista. Seguro, a los niños les van a entrar ganas de comer fruta, pero también de ponerse a pintar siguiendo ejemplos muy variados de cómo dibujar formas más tradicionales, o más desenfadadas.

En Animalarte, también hay láminas dedicadas a un arte realista tradicional, como la obra atribuida a Benito Rebolledo o la de Manuel Espinosa, y a estilos más esquemáticos y bidimensionales, fácilmente imitables, como Sebastián Garretón, Santos Chávez, Samy Benmayor o Loro Coirón. Éstos se acercan a una estética de cómic o publicitaria, con colores primarios y trazas bien delineadas. Entre las páginas nos saludan pájaros, vacas, gallinas o gatos.

En Transportarte, los artistas nos llevan de viaje en avión, con la obra de Juan Subercaseaux, en tren (Ricardo Anwandter), en auto (Ernesto Barreda y Sebastián Garretón), en moto (Rodolfo Opazo), en barco (Benito Ramos Catalán), en carreta (Luis Álvarez Urquieta), en Zepelín (Francisco Mery), en bote (Mario Gómez) y en bicicleta (Juan Martínez). Son obras con multitud de detalles por descubrir, cuya fascinación y aprendizaje no se detiene en una primera mirada. No sólo vamos a reconocer formas de transporte, sino que nos vamos a introducir en un universo distinto: el de la imaginación, la fantasía. Y también en la admiración y el acercamiento a la obra de arte, que es otro de los objetivos, sino el primero, de esta colección. Facilitar una primera toma de contacto al niño con el arte, revelarle sus valores, sus cualidades y su manera de abordar la realidad que, efectivamente, puede hacernos cambiar nuestra manera de abordar la realidad.

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