Reseña: Colección Amor y Susto

Por Sara Bertrand, escritora

Como todo cuento que incluye la figura del maligno, El diablillo de la botella es perturbador, pero no es miedo lo que sobrevive al cerrar sus páginas, sino la entrañable destreza de sus personajes. La ingenuidad con que el marinero y ballenero de las costas de Kamakua, Keawe, recibe la gracia del Diablo y la astucia con que sortea su maldición.

La historia comienza cuando es empujado a comprar una misteriosa botella de cristal, por la que pagó poco más de cuarenta y nueve dólares, en donde duerme una criatura milenaria y temible, un duendecillo feroz, que sabe cumplir los deseos más imposibles. Pronto, Keawe entiende por qué debe desprenderse de ella. Depositaria de los relatos propios de este género, El diablillo de la botella, tiene la singularidad de no matizar las cosas: hablamos de diablo, por lo tanto, de pérdida y muerte. Hablamos de un precio que hay que pagar por la codicia. Un cuento que debuta junto a Eros y Psique en la nueva colección de Ekaré, Amor y Susto.

Dedicada a los clásicos de la literatura y a reflotar figuras del folklore y la tradición oral, Amor y susto busca rescatar historias que nos devuelvan al terror presente en lo innominado, como también a esos amores como los de Eros y Psique y la Bella y la Bestia. Ambas historias reunidas en un solo libro nos muestran esa versión inverosímil del amor, tan presente en el cuento clásico: el joven apuesto, la dama discreta de delicada belleza y las hermanas envidiosas. La particularidad de esta nueva versión es que el libro propone un juego de espejos entre las dos historias, un dialogo en torno el amor fraternal y el amor desinteresado.

Relacionados

VER TODOS

Suscríbete para recibir todas nuestras novedades

ENVIAR

CESTA DE COMPRAS

HAY ARTÍCULOS EN TU CESTA DE COMPRAS