Va todos los veranos a Curarrehue, pero esta vez es distinto porque invitó a Catalina, su mejor amiga. Con ella se internará en los húmedos bosques del sur y, al mismo tiempo, en la historia de su familia y de su comunidad. “Este libro es el resultado de muchas lecturas, investigación y cruce de visiones”, explica Pablo Álvarez, editor de este proyecto, escrito por Claudio Fuentes y Viviana Huiliñir, e ilustrado por Jorge Roa.
Lanzado recientemente, Me llamo Millaray está narrado desde la voz de su protagonista, quien registra su experiencia, la historia de su familia y toma apuntes para un trabajo escolar: “Me he dado cuenta de que los relatos de mi familia son tan valiosos como los documentos o los libros de historia. Mi familia, mi familia mapuche, guarda conocimientos de siglos y para nosotros la palabra hablada, la oralidad, el diálogo, es la forma de conocimiento más pura”, escribe Millaray.
Claudio Fuentes, cientista político y académico, lleva muchos años investigando y escribiendo sobre los pueblos indígenas, lo que, explica, le permitió abrirse a una realidad que no conocía. Implicó además conocer otras culturas, otras formas de ver el mundo, la naturaleza y las relaciones entre grupos y personas. “Lo que quisimos hacer con este relato fue mostrar cómo se plasma la interculturalidad, a partir de una vivencia, de un viaje a un territorio desconocido por la amiga de la protagonista. Es un viaje de vacaciones, pero también un viaje a otra forma de ver el mundo”, dice.
Fuentes ya había publicado en Ekaré Sur un libro dirigido a niños y niñas, Pequeña historia de un desacuerdo, pero es el primero de su coautora, la geóloga Viviana Huiliñir. “Para nosotros como editores era muy importante trabajar desde el conocimiento y el respeto, pero también desde la sensibilidad literaria mapuche. Leímos mucho y dialogamos constantemente con los autores del libro. Ellos nos enseñaron, desde sus distintas perspectivas, a entender los puntos de vista académicos, pero también nos compartieron sus experiencias y conocimientos de la cotidianeidad, cultura y cosmovisión mapuche”, explica Pablo Álvarez.
El ilustrador penquista Jorge Roa fue el encargado de crear las imágenes del libro y desde el principio cautivó a los editores con su propuesta gráfica. “Mientras Jorge avanzaba y nos sorprendía con sus ilustraciones, siempre ajustándolas, siempre buscando perfeccionarlas, nosotros íbamos definiendo cómo dialogarían los textos con las imágenes a través del diseño del libro. En definitiva, fue un trabajo colectivo muy enriquecedor, que esperamos los jóvenes lectores disfruten”.
El libro ya está en librerías y además cuenta con una versión en mapudungun que se puede descargar a través de un código QR o en este enlace.