Por Manuel Peña Muñoz, escritor y especialista en LIJ
En esta segunda parte seguimos las aventuras de la tortilla desde que aparece sobrevolando la Antártida en el helicóptero, hasta que la vemos en un paisaje del trópico, rodeada de palmeras y tucanes. En las escenas siguientes sobrevuela una playa y unos molinos de viento. La vida puede cambiar en cada segundo, parece decir la tortilla, que acaba en las garras de un cóndor pero también nos recuerda que siempre existe la creatividad para salir de los problemas.
La tortilla siempre en peligro de que se la quieran comer, consigue transformar el destino y salir airosa de las difíciles situaciones que le toca enfrentar. En su deambular se topa con curiosos personajes, algunos históricos entroncados con la leyenda y el mito popular como el mismísimo Teniente Bello. Otros, surgidos de la tradición oral universal como el Hombre de Jengibre, que tiene el cuerpo de una galleta. Cada escena vivida por la tortilla sugiere una conversación literaria con el niño o la niña que nos oye el cuento leído a viva voz, pues las ilustraciones están llenas de detalles que hay que saber interpretar. Hay referencias al pingüino emperador, al pelícano y a una avecilla del valle central, entre otros muchos detalles que amplían el texto. El final es nuevamente abierto y da la posibilidad de que aparezcan nuevas aventuras de la Tortilla Corredora.
El cuento nos transmite el valor de la amistad, la posibilidad de adaptarse a los cambios a través de la imaginación, la dificultad por regresar al lugar de origen, los obstáculos de la vida que se sortean gracias a las relaciones con personas impensadas y la riqueza cultural que existe en todos los paisajes y situaciones que vivimos.
La edición a cargo de Verónica Uribe y Pablo Álvarez es muy cuidada y refleja amor al libro infantil bien hecho: tapas duras, letras con relieve, detalles sensoriales al tacto. La dirección de arte y diseño de Iván Larraguibel reflejan también alta calidad estética. Los textos de Laura Herrera recrean un cuento tradicional que se enriquece con las ilustraciones de Scarlet Narciso, potentes y nítidas en sus formas y colores.
Al final, viene un glosario explicativo de aves y personajes que aparecen en el relato ya sea en la narración o en las ilustraciones. El cuento aparece en formato de libro ilustrado y también en láminas de kamishibai, para narrarlo a los niños a través del Pequeño Teatro de Papel.