Ciudadanía para niños: Pequeña historia de un desacuerdo

Con una trama ambientada en un liceo y un conflicto que lleva a sus alumnos a movilizarse, el libro Pequeña historia de un desacuerdo propone un acercamiento a temáticas como la participación, el derecho a voto y la toma de decisiones, entre otros.

Al regreso de sus vacaciones, los estudiantes de un liceo se ven enfrentados a un dilema: el colegio ha decidido cortar la emblemática araucaria del patio para construir un moderno edificio. La voz de los alumnos no se hace esperar. Unos abogan por conservar la araucaria y olvidar el proyecto, otros apoyan la idea porque quieren más innovación y desarrollo. ¿Cómo resolverán el conflicto?

Coeditado por Ediciones Ekaré Sur y el Núcleo Milenio Desafíos a la Representación, llega Pequeña historia de un desacuerdo. Ciudadanía para niños, un libro del académico e investigador Claudio Fuentes y la ilustradora Gabriela Lyon que busca aproximar a los lectores infantiles a temas como la democracia y la representación.

“Esperamos que este libro constituya una herramienta para educadores que deseen impartir educación cívica de una manera entretenida y apropiada para niños, pero anclada en sólidos conocimientos académicos”, explica Rossana Castiglioni, Investigadora responsable del Núcleo Milenio.

El libro será presentado el vienes 10 de noviembre en la FILSA. Durante el lanzamiento, se hará una donación de 510 ejemplares al Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas, lo que permitirá que llegue gratuitamente a cientos de lectores a lo largo de todo Chile.

Ciudadanía para niños: el desafío

Pequeña historia de un desacuerdo surgió gracias a la alianza entre Ediciones Ekaré Sur -que hace tiempo estaba interesada en desarrollar una publicación en esta línea- y el Núcleo Milenio Desafíos a la Representación. “Nos preocupa particularmente que la baja participación electoral se concentre entre los más jóvenes. Es por eso, y en el contexto de la reciente aprobación del Plan de Formación Ciudadana, que hemos decidido dedicar buena parte de nuestros esfuerzos a contribuir a la formación cívica de estudiantes de educación básica acerca de la importancia y necesidad de construir y sostener valores e instituciones democráticas y representativas”, explica Rossana Castiglioni.

Los textos fueron desarrollados por el cientista político Claudio Fuentes, investigador del Núcleo y académico de la UDP. Este es su primer libro para niños, por lo que el reto no fue menor.

“En efecto, estoy acostumbrado a escribir para audiencias adultas y con un lenguaje archi-académico. Aquí el desafío era doble, pues por una parte teníamos que sintetizar o simplificar ciertos conceptos (la democracia o la participación, por ejemplo) pero, al mismo tiempo, imaginarse una ilustración que muchas veces dice mucho más que las palabras. A ello se sumó el reto de crear una historia cercana y real para los niños.

En este proceso me ayudaron mucho mis propios hijos (Antonia de 10 y Benjamín de 5) que fueron leyendo borradores iniciales de la historia; y luego el trabajo de la misma editorial, que tuvo un papel fundamental en la traducción del relato hacia un público infantil”.

¿De dónde nace la idea de usar un conflicto estudiantil como punto de partida?

“Nació de ver las noticias a diario. Nos encontramos en un momento democrático donde la ciudadanía se muestra más empoderada. Y los estudiantes no han sido la excepción. Desde el movimiento de los ‘pinguinos’ en el año 2006 hasta más recientes movimientos en regiones, vemos una ciudadanía más dispuesta a debatir sobre sus derechos. Aquí tratamos de mostrar el dilema del ‘desarrollo’ versus la protección del patrimonio natural, un dilema que hemos visto recientemente en varios casos en el sur y norte de Chile. La pregunta es si resulta posible generar un diálogo social positivo y que permita resolver conflictos; y para ello existen mecanismos de deliberación y decisión”.

¿De qué forma la historia contribuye a acercar a los niños a temas como la democracia y la representación?

“Esperamos que contribuya de varios modos. Primero, mostrando que la ‘protesta’ es algo natural y que suele dividirnos. No todos pensamos igual y es legítimo que existan diferencias. Segundo, que existen procedimientos, mecanismos para resolver conflictos. Cuando en una asamblea debatimos ciertos temas, muchas veces nos encontramos con gente más tímida y otra con más facilidad para hablar. ¿Cómo resolvemos las desigualdades en esas capacidades en el proceso de deliberar? ¿Podemos generar mecanismos para resolverlo? Finalmente, nos interesó mostrar que en la historia de las democracias existen muchos mecanismos para enfrentar los conflictos, y es importante no inventar la rueda cada vez que tengamos uno. Aprender a convivir en sociedad y en democracia implica respetar, deliberar, decidir, buscar soluciones y aceptar las decisiones que el conjunto toma”.

Las ilustraciones: veracidad e identificación

La ilustradora Gabriela Lyon fue la encargada de dar vida al liceo donde transcurre la historia. Con una paleta acotada y personajes muy expresivos, logró crear escenarios y dinámicas escolares reconocibles, y entrañables.

Este es tu segundo libro para niños. Antes ilustraste la travesía de Papageno por los escenarios de distintas óperas en Las Aventuras del Hombre Pájaro; ahora la historia se centra en una anécdota de la vida real, con un colegio y un grupo de jóvenes chilenos. ¿Cómo lograste entrar en la historia?

“Cuando Iván Larraguibel (director de arte de Ekaré Sur) y Pablo Álvarez (editor) me llamaron para contarme sobre el proyecto, me entregaron un archivo con el texto preliminar y los bocetos de cada página. Esto es esencial, ya que me da una idea de lo que puedo hacer, las cosas no salen de mi cabeza al papel por arte de magia: necesito ideas, consejos. Por eso me encanta trabajar con proyectos de este tipo, nunca se está solo, el trabajo está siendo siempre revisado y criticado; las correcciones son constantes y todo queda impecable. Eso me motiva a entrar en cualquier tipo de historia, crear escenas interesantes, sensaciones visuales, inventar un personaje al que nunca se nombre, etc.… es siempre una meta, una motivación que se transforma en aprendizaje”.

Todos los personajes del libro están muy bien delineados. ¿De dónde surge la idea de dotar a cada niño de una característica especial? ¿Cómo crees que eso aporta a la historia?

“El escritor del libro cuenta una historia. No existen descripciones sobre la personalidad de un alumno o la cantidad de integrantes del colegio. Eso me dio total libertad para crear mi descripción visual de las cosas. Aunque no soy la escritora, una imagen dice mil palabras.

Como ejercicio propio y motivacional decidí crear a mis propios alumnos, algunos basados en mis experiencias en el colegio. Al crear a cada personaje me reía a carcajadas sola en mi estudio, me acordaba de los sueños de algunos amigos, sus amores, sus vicios, sus cuentos. Por ejemplo, la vocera del grupo Milenarios es un cliché de personaje que todos tenemos en nuestras vidas, una a la que todos quieren seguir porque es bella, confiada y sensible. El rasta es aquel chiquillo que a pesar de ser fuerte y sexy es alguien muy inseguro, que necesita esconder sus miedos a través de su imagen física. La pelirroja engreída nunca sobra, no tiene respuestas, no escucha nada y prefiere permanecer de brazos cruzados para que sepan que no quiere ser molestada. Así, de a poco, cada personaje aparecía, cada uno con sus características personales.

Creo esencial entregarle veracidad a la historia, para que los lectores sientan que son parte de aquello. Por eso las cosas que posee y hace cada personaje son cosas que queríamos y practicábamos nosotros. La moda de las zapatillas Converse era infaltable, permanecer con la vista pegada a la pantalla de un celular, tener un corte de pelo diferente y único, ser protector con tus amigos, llorar y ser dramáticos, creer que las cosas son de vida o muerte, y comprometerse a liderar para lograr un objetivo.

Cuando veo la totalidad de las imágenes me siento emocionada, fue como hacer las paces con mi experiencia personal en el colegio, que para más de alguno no fue fácil. En aquella sinceridad siento que aporto a la historia”.

Pequeña Historia de un desacuerdo. Ciudadanía para niños, estará disponible tras su lanzamiento en FILSA, el próximo 10 de noviembre.

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