Los pequeños cristaleros: una historia centenaria

Por Bernardo Bello

El historiador y autor, junto a Antonia Roselló, de "Los pequeños cristaleros", conmemora el primer centenario de la huelga de niños y niñas de La Nacional que inspiró este premiado libro.

El año 1925 fue particularmente convulsionado en términos sociales. Ya en 1924, en el mes de septiembre, se dio el llamado “Ruido de Sables”, en el cual un grupo de jóvenes oficiales del ejército se presentó ante el poder judicial para expresar su descontento haciendo sonar sus sables durante la sesión ordinaria del día 3 de ese mes.

La política y la sociedad chilena pasaron por un período de crisis, el que incluyó una gran cantidad de huelgas, marchas y paros en distintos sectores. El 9 de febrero de 1925, en ese contexto, los obreros de La Nacional, como era conocida la Fábrica Nacional de Vidrios, pararon sus actividades para pedir mejoras salariales para todos los trabajadores. Luego de algunas negociaciones con la gerencia, los empleados de la fábrica volvieron al trabajo sin haber logrado su objetivo.

El 18 de febrero de 1925, hace exactamente 100 años, alrededor de 200 niñas y niños trabajadores de La Nacional decidieron continuar con la movilización. Marcharon por la ciudad y llegaron incluso a entrevistarse con autoridades y miembros de la Federación Obrera de Chile (FOCh). El 19 de febrero, al día siguiente, se tomó la fotografía que encabeza esta publicación. La situación se hizo tan conocida que Alberto Mackenna Subercaseaux, Intendente de Santiago, los recibió para leer su petitorio.

Luego de varios días de negociaciones, los gerentes de La Nacional ofrecieron un alza salarial a los pequeños cristaleros; el mismo intendente Mackenna solicitó que esta alza fuese mayor a la ofrecida originalmente por la gerencia. No hay registros de que estas negociaciones hayan llegado a buen puerto. Lo último que se sabe de la huelga de los pequeños cristaleros es que decidieron marchar en apoyo a la huelga de las niñas y niños trabajadores de la fábrica de vidrios La Confianza.

Ese año, 1925, había más de 1300 obreras y obreros trabajando en La Nacional, contando a más de 300 niños y niñas de no más de 11 años de edad. Algunas de esas niñas y niños eran Juan Rocha, Luis Páez, Humberto Fuentes y Ernestina Díaz, quienes representaron a la sección infantil frente a las autoridades. A ellos y a todas y todos a quienes no conocemos por su nombre, está dedicado el libro “Los pequeños cristaleros”.

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